La pecera ahora vacía

Nada.

Inerte. Basura agusanada.

Flotas.

Flotas y tus ojos oscuros se clavan en la Osa Mayor.

Te llevaste el color de las paredes de mis arterías y mis tendones se distienden en medio de mi dulce distimia.

Te vas. Si. Te fuiste. Y no te sujeto más.

…

Flushhhhhhhhhhhh………..





…


Ya está. Palanca abajo y un remolino de agua limpia se lleva la turbia… Y los trozos de tí. Y las amigables gotitas de sangre escurriendo de tu vientre aguado y maloliente.


Licuarte fue divertido.