Posts más abajo hay un pequeño texto que habla acerca de ángeles y de la muerte de una niña: La narración está basada en dos cuentos de una escritora llamada NOEMÍ MORENO, a la cual admiro mucho. El primero narra de una manera extraordinaria el suicidio de una niña que va entrando a la adolecencia y que se cuelga porque está cansada de que su cuerpo sea transgredido. El segundo, trata de ángeles que habitan la tierra, su condición celestial-humana y sus acciones mundanas. Es mi manera sencilla de resumir estos maravillosos cuentos.
No me había percatado de mi descortés falta de atención al no nombrar la fuente de donde extraje mi "remix" y no quiero que se piense que estoy invadiendo ni violando el trabajo de esta artista.
Así que, nunca ha sido "Amanecer", sino "Mila y Miguel por Noemí Moreno... remixed by Gina".
Gracias a esta musa encargada de inspirarme.
Tuesday, July 31, 2007
Thursday, July 26, 2007
Tuesday, July 24, 2007
Entre los dedos...
Frustarse es observarte y saberte tan ajeno.
Tan niño.
Tan perfecto.
Quisiera poder tomarte entre los dedos,
hacerte escultura entre mis senos,
y con mi lengua dibujarte amazonas gigantes con los vellos de tus piernas...
Pero ni siquiera tienes.
Encerrarte en la prisión de mis pestañas
y como planta carnívora desintegrarte al contacto de mi piel.
Instrucciones: "Push di plei tu si di obvius"
Pero soy muy lejana para tí
y todo lo que digo es un chiste mal contado
con el cual ríes por compromiso.
Es la obsesión taladreando en mis ingles y huellas dactilares.
La angustia en el pie torcido.
Ganglios hinchados que deforman mi cuerpo.
Es el deseo enfermizo que provoca la soledad.
¿Cómo hace la gente para caminar vacía
por las calles que vomitan polvo de termitas?
Soy muy lejana para tí.
Muy vieja para tí.
Demasiado sucia para tí.
Una broma de mal gusto.
Un billete de quinientos al fondo de la coladera.
Y tú, la cristalización de la cura a mi maravillosa enfermedad,
mi Tafil temporal.
Temporal.
Temporal.
Sé que tu efecto no durará mucho
antes que el cerebro vuelva a vibrar.
Te has metido entre las escamas de mis intestinos
y como todo lo que entra al estómago,
tardaré poco en expulsarte...
Pero estamos hablando de gente sana.
Estoy loca.
El otro día cagué un parásito amarillo, largo, con cuernos y cola dividida.
Tenía anillos en el vientre y estaba muerto.
Era color de mango.
Jugué con él entre mis dedos y lo sepulté en la coladera.
Instrucciones: "Push di riguaind buton"
Eres un pubertito insignificante
menos demente que yo.
No has tenido que pensar mucho
y no intento que comprendas en lo más mínimo todo lo que mis gárgaras expulsan.
Te llevo ocho años de locura vivida.
Tal vez siete de obsesiones incontrolables.
Mañana sólo serás besos no dados y olvidaré tu nombre.
Sólo un séptimo mes en el año dos mil siete.
Me conozco tanto,
como quien puede hablar de sus parásitos intestinales
porque se ha detenido a observarlos con lupa.
Y sin provocarse asco.
Instrucciones: "Plis, ignor dis leidi, shis a lirul bit aut of jer maind".
Tan niño.
Tan perfecto.
Quisiera poder tomarte entre los dedos,
hacerte escultura entre mis senos,
y con mi lengua dibujarte amazonas gigantes con los vellos de tus piernas...
Pero ni siquiera tienes.
Encerrarte en la prisión de mis pestañas
y como planta carnívora desintegrarte al contacto de mi piel.
Instrucciones: "Push di plei tu si di obvius"
Pero soy muy lejana para tí
y todo lo que digo es un chiste mal contado
con el cual ríes por compromiso.
Es la obsesión taladreando en mis ingles y huellas dactilares.
La angustia en el pie torcido.
Ganglios hinchados que deforman mi cuerpo.
Es el deseo enfermizo que provoca la soledad.
¿Cómo hace la gente para caminar vacía
por las calles que vomitan polvo de termitas?
Soy muy lejana para tí.
Muy vieja para tí.
Demasiado sucia para tí.
Una broma de mal gusto.
Un billete de quinientos al fondo de la coladera.
Y tú, la cristalización de la cura a mi maravillosa enfermedad,
mi Tafil temporal.
Temporal.
Temporal.
Sé que tu efecto no durará mucho
antes que el cerebro vuelva a vibrar.
Te has metido entre las escamas de mis intestinos
y como todo lo que entra al estómago,
tardaré poco en expulsarte...
Pero estamos hablando de gente sana.
Estoy loca.
El otro día cagué un parásito amarillo, largo, con cuernos y cola dividida.
Tenía anillos en el vientre y estaba muerto.
Era color de mango.
Jugué con él entre mis dedos y lo sepulté en la coladera.
Instrucciones: "Push di riguaind buton"
Eres un pubertito insignificante
menos demente que yo.
No has tenido que pensar mucho
y no intento que comprendas en lo más mínimo todo lo que mis gárgaras expulsan.
Te llevo ocho años de locura vivida.
Tal vez siete de obsesiones incontrolables.
Mañana sólo serás besos no dados y olvidaré tu nombre.
Sólo un séptimo mes en el año dos mil siete.
Me conozco tanto,
como quien puede hablar de sus parásitos intestinales
porque se ha detenido a observarlos con lupa.
Y sin provocarse asco.
Instrucciones: "Plis, ignor dis leidi, shis a lirul bit aut of jer maind".
Tuesday, July 17, 2007
by the way...
A veces te clavas en lo que se escribe... Tanto que las fibras que te conforman se cuelan por entre los dedos y te exhibes demasiado. Es cuando aprendes a reprimirte porque te dicen que no es muy correcto mostrarte vulnerable y vives negando que existes.
Soy tanto de lo que quieras ver de ellos en mí.
Soy tanto de lo que quieras ver de ellos en mí.
Monday, July 16, 2007
Tres, sin pies ni cabeza
Tengo tórbalos perforando mi coronilla. La mosca costarricense se encargó de dejarme un regalito. Se me está cayendo el cabello y ahora parezco un fraile del románico.
-Te ves realmente chic...
-Si, claro.
................
Uso lentes baratos de armazón ligera. Fue lo que pude comprar con el dinero de la beca.
Extravié los anteriores en Semana Santa. Llevaba mi morral rojo y viajaba en un autobús maloliente hacia Tepoztlán. Me acomodé como pude y me quedé dormida en el rígido asiento. Fue la última vez que esas gafas estuvieron en mi posesión. Se deslizaron entre el sudor y el calor y cuando me desperté sobresaltada por el grito de mi hermano me levanté frotando mis ojos y simplemente se quedaron abandonadas.
................
Ella está confundida: por una parte le gusta la entrega amorosa y llena de romance que le ofrece el individuo 1, y por otra (citándola textualmente) le encantan los mecos embarrados en las nalgas que le deja el individuo 2. Pero eso no la hace una mala chica. Simplemente no sabe qué es lo mejor.
Es una buena escritora. Tiene un gran sentido del humor y es ácida en sus conversaciones. Besa muy bien... extremadamente bien y es una buena amante. Le gusta el pescado al vapor preparado en un sencillo restaurante de la ciudad y los negritos Bimbo. Le he dicho a él que no permita que consuma productos de grandes trasnacionales, pero juntos se burlan de mí. Yo les rayo su madre.
Tiene una gran personalidad. Envidio su capacidad histriónica y su manera de manejarse en público.
Es un personaje salido de una película de detectives.
Es obsesiva y compulsiva pero no lo acepta. Dice que no está loca (en lo particular, no lo pienso así).
Cuando se deprime no come. Me resulta desesperante.
-Tienes que cuidarte el estómago- le he dicho. Sólo mueve la cabeza. Tiene gastritis.
Ella es ella. Me regala de cuando en cuando nuevos bríos. A ella le sobran y a mí sinceramente me hacían falta justo ayer.
-Te ves realmente chic...
-Si, claro.
................
Uso lentes baratos de armazón ligera. Fue lo que pude comprar con el dinero de la beca.
Extravié los anteriores en Semana Santa. Llevaba mi morral rojo y viajaba en un autobús maloliente hacia Tepoztlán. Me acomodé como pude y me quedé dormida en el rígido asiento. Fue la última vez que esas gafas estuvieron en mi posesión. Se deslizaron entre el sudor y el calor y cuando me desperté sobresaltada por el grito de mi hermano me levanté frotando mis ojos y simplemente se quedaron abandonadas.
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Ella está confundida: por una parte le gusta la entrega amorosa y llena de romance que le ofrece el individuo 1, y por otra (citándola textualmente) le encantan los mecos embarrados en las nalgas que le deja el individuo 2. Pero eso no la hace una mala chica. Simplemente no sabe qué es lo mejor.
Es una buena escritora. Tiene un gran sentido del humor y es ácida en sus conversaciones. Besa muy bien... extremadamente bien y es una buena amante. Le gusta el pescado al vapor preparado en un sencillo restaurante de la ciudad y los negritos Bimbo. Le he dicho a él que no permita que consuma productos de grandes trasnacionales, pero juntos se burlan de mí. Yo les rayo su madre.
Tiene una gran personalidad. Envidio su capacidad histriónica y su manera de manejarse en público.
Es un personaje salido de una película de detectives.
Es obsesiva y compulsiva pero no lo acepta. Dice que no está loca (en lo particular, no lo pienso así).
Cuando se deprime no come. Me resulta desesperante.
-Tienes que cuidarte el estómago- le he dicho. Sólo mueve la cabeza. Tiene gastritis.
Ella es ella. Me regala de cuando en cuando nuevos bríos. A ella le sobran y a mí sinceramente me hacían falta justo ayer.
Thursday, July 12, 2007
Mila y Miguel por Noemí Moreno... remixed by me
Los ángeles nocturnos dejaron que sus alas cubrieran el rostro del virginal cadáver y comenzaron a desanudar la soga de su cuello.
Después de unos minutos luchando contra la gruesa atadura, una voz aguardentosa quiebra el silencio.
- Sólo era una niña- habló el que parecía más anciano.
- Ni siquiera habían brotado los capullos de sus pechos ni las mieles de su sexo fueron probadas jamás - dijo uno más joven.
- Sólo el suicidio era la opción - exclamó un ser pequeño, de rasgos infantiles y androginia absoluta - y ustedes están equivocados: llevaba ya un tiempo cargando el desprecio de las contracciones de sus agujeros y retorciéndose ante la infamia que se le hizo repetir una y otra vez.
-...
-...
- Sigan en lo suyo, monstruos de alas blancas, que la tersa piel de esta criatura se enfría y no se le podrán incrustar los cuernos que la marcarán ante las huestes celestiales por el gran pecado que cometió y que ustedes juzgan... Hipócritas de mierda.
Después de unos minutos luchando contra la gruesa atadura, una voz aguardentosa quiebra el silencio.
- Sólo era una niña- habló el que parecía más anciano.
- Ni siquiera habían brotado los capullos de sus pechos ni las mieles de su sexo fueron probadas jamás - dijo uno más joven.
- Sólo el suicidio era la opción - exclamó un ser pequeño, de rasgos infantiles y androginia absoluta - y ustedes están equivocados: llevaba ya un tiempo cargando el desprecio de las contracciones de sus agujeros y retorciéndose ante la infamia que se le hizo repetir una y otra vez.
-...
-...
- Sigan en lo suyo, monstruos de alas blancas, que la tersa piel de esta criatura se enfría y no se le podrán incrustar los cuernos que la marcarán ante las huestes celestiales por el gran pecado que cometió y que ustedes juzgan... Hipócritas de mierda.
Thursday, July 5, 2007
Objeto de deseo
Desnudos hombros y cuello, percibes mi aroma putrefacto y te mojas los labios.
-Qué delicia- piensas.
Te acercas a mi boca y el hedor nauseabundo que proviene de mis entrañas te excita, te estremece. Te gusta mi cuerpo lleno de nuevos adornos; está abotagado y púrpura. Colocas tu mano en mi vientre y lo presionas con firmeza. Tienes la esperanza de que mis órganos en descomposición despidan más de ese fétido olor.
Tu mano se hunde tras la presión abriendo mi piel. Dejas al descubierto los nuevos habitantes de mi ser.
Te sorprendes un poco, incluso te atemorizas. Ellos están tan asombrados como tú. Puedes observar como una marejada compuesta de miles de gusanos plateados, pequeños, obesos, efervescentes y de gruesos anillos alrededor de su retorcido cuerpo, se inquietan con tu presencia y comienzan a treparte. Los ves a los ojos, esos ojos diminutos y rabiosos. Me desean tanto como tú me deseas y te sientes celoso porque ellos han brotado del huevecillo que una mosca depositó debajo de la cáscara de mi cutis, se han hecho larvas, han madurado y ahora comen de mí.
-Qué deliciosa es- piensan ellos
-Qué nutritivo alimento de gusanos- pienso yo
Frunces el ceño con un dejo de envidia y sacudes tu brazo agresivamente. No quieres saber más, los celos te enferman.
Estoy hinchada, como grillo ahogado, y tengo el color de quien ha pasado los últimos 25 años muerto sin poder descomponerse del todo. Te vuelves a mi rostro de ojos hundidos, pómulos ennegrecidos y labios reventados. Lentamente te acercas y expirando, me besas. Tu aliento de niño lactante se mezcla con el mío y nos envolvemos en palpitaciones inútiles porque la verdad es realmente triste: hace ya mucho que estoy muerta.
-Qué delicia- piensas.
Te acercas a mi boca y el hedor nauseabundo que proviene de mis entrañas te excita, te estremece. Te gusta mi cuerpo lleno de nuevos adornos; está abotagado y púrpura. Colocas tu mano en mi vientre y lo presionas con firmeza. Tienes la esperanza de que mis órganos en descomposición despidan más de ese fétido olor.
Tu mano se hunde tras la presión abriendo mi piel. Dejas al descubierto los nuevos habitantes de mi ser.
Te sorprendes un poco, incluso te atemorizas. Ellos están tan asombrados como tú. Puedes observar como una marejada compuesta de miles de gusanos plateados, pequeños, obesos, efervescentes y de gruesos anillos alrededor de su retorcido cuerpo, se inquietan con tu presencia y comienzan a treparte. Los ves a los ojos, esos ojos diminutos y rabiosos. Me desean tanto como tú me deseas y te sientes celoso porque ellos han brotado del huevecillo que una mosca depositó debajo de la cáscara de mi cutis, se han hecho larvas, han madurado y ahora comen de mí.
-Qué deliciosa es- piensan ellos
-Qué nutritivo alimento de gusanos- pienso yo
Frunces el ceño con un dejo de envidia y sacudes tu brazo agresivamente. No quieres saber más, los celos te enferman.
Estoy hinchada, como grillo ahogado, y tengo el color de quien ha pasado los últimos 25 años muerto sin poder descomponerse del todo. Te vuelves a mi rostro de ojos hundidos, pómulos ennegrecidos y labios reventados. Lentamente te acercas y expirando, me besas. Tu aliento de niño lactante se mezcla con el mío y nos envolvemos en palpitaciones inútiles porque la verdad es realmente triste: hace ya mucho que estoy muerta.
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